“Yo veo un ánimo de convivencia”

08/Abr/2011

Caras y Caretas

“Yo veo un ánimo de convivencia”

8-4-2011Con Edy Kaufman: la paz entre Israel y Palestina Edward (Edy) Kaufman, nacido en Argentina, es profesor e investigador israelí, graduado en universidades de su país natal, Francia e Israel. Enseñó en varios institutos universitarios como la Universidad Hebrea de Jerusalén, la de Los Ángeles, Haifa, y actualmente lo hace en la Universidad de Maryland. Ha sido un activista permanente por la paz y los derechos humanos, y su actuación más recordada son los esfuerzos que realizó en Argentina en mayo de 1976, trabajando en Amnistía Internacional (cuyo directorio integra actualmente), para salvar las vidas de Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruiz, Rosario Barredo, William Whitelaw y Manuel Liberoff, esfuerzo que sólo pudo concretar en Wilson Ferreira Aldunate, a quien asiló en la embajada de Austria cuando trataban de asesinarlo las fuerzas de la dictadura argentina. En ambas márgenes del Plata, Edy Kaufman es reconocido por las organizaciones de derechos humanos como un “héroe cívico”, ya que participó en innumerables actividades de salvataje. Hace poco estuvo en Montevideo, invitado por la embajada de Israel, y dictó conferencias en la B’nai B’rith, en el Calen y en la Universidad de la República. Lo que sigue es el resumen de una extensa conversación con Caras y Caretas.¿Cuál es el motivo por el que participa en esta actividad organizada por la ONU en Uruguay?Yo diría que cualquier oportunidad de volver a Uruguay me es grata. Estuve acá hace pocos meses, en diciembre, y considero que esta tierra es también un poco mi tierra. Pero esta vez me trae una cuestión específica: participar en la Reunión de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe en Apoyo a la Paz Israelí-Palestina, cuyo objetivo principal es mostrar la urgencia de hacer realidad una solución biestatal. Me preocupa que no haya presencia oficial israelí. Yo quería que hubiera una presencia israelí y por eso estoy aquí. No justifico la ausencia oficial, pero puedo explicarla en un contexto histórico. La Sección de la ONU que organiza este evento se llama División por los Derechos del Pueblo palestino, y por omisión en su creación se ignoró la existencia del Estado de Israel. En aquel momento la Organización para la Liberación de Palestina exigía el reemplazo liso y llano del Estado de Israel por un Estado Palestino. Pero, con el tiempo y la moderación de la Autoridad Palestina, que ahora es la que participa, pude constatar que apoyan la idea de dos estados legítimos, también el mío, el de Israel. Por eso el título de la actividad, ‘en apoyo a la paz israelí-palestina’. Yo veo un ánimo de búsqueda de convivencia. Aun ahora hay más gente que está en solidaridad con el pueblo palestino, que está en busca de soluciones compartidas, veo una apertura cada vez mayor. Las razones que esgrime el gobierno de Israel son que hay 22 países árabes que forman parte de un conjunto de 57 naciones musulmanas que son el corazón de los más de cien países no alineados, o sea que representan más de la mitad del total de integrantes de la ONU. Pero yo personalmente no considero que ausencia y boicot sean actitudes que ayuden a una causa más que el diálogo y la búsqueda de consenso.¿Cree posible ese consenso, cuando muchos israelíes temen que un Estado palestino se convierta en un arsenal nuclear y muchos palestinos consideran que la única solución es arrojar a los israelíes al mar?Creo que la línea divisoria pasa ahora entre los moderados y los extremistas fundamentalistas de ambas partes. Planes de paz hay en cantidad, pero los saboteadores en ambas sociedades están fanáticamente dedicados a la destrucción. Más específicamente, son en su mayoría dominados por una intransigencia religiosa que dice al mismo tiempo: ¿cómo permitir al ‘otro’ que tenga igualdad de derecho a un Estado soberano? Esta forma de pensar y actuar es prevalente entre los judíos fundamentalistas en los asentamientos, o los islamistas fanáticos que controlan el Hamas en Gaza. Eso pasa en cada bando. Por otro lado, tenemos las fuerzas que buscan una paz justa y aceptan la realidad de dos estados y el principio de autodeterminación de los pueblos. La fuerza de estos grupos pro paz es fluctuante, y en estos momentos sufren una gran debilidad en Israel, la que obedece a muchas causas, sobre todo confrontando al gobierno más intransigente que ha tenido Israel desde su creación. En el lado palestino, en Cisjordania, dentro de la Autoridad Palestina hay muchos colegas de la sociedad civil en funciones ministeriales, incluso ex profesores como Saeb Erekat, principal negociador, que en esta conferencia fue invitado a pronunciar el discurso central. O el actual ministro de Relaciones Exteriores de la Autoridad Palestina, Ryad Malki, con quien compartimos la elaboración de un libro, lo cual por sí solo demuestra que la convivencia a la que se aspira es posible. Doy otro ejemplo: hace 16 años que doy clase todos los veranos en la Universidad de Maryland con un profesor palestino que en los últimos cinco años ha sido embajador de la Autoridad Palestina en Londres. Cuando va a Washington yo soy su anfitrión y juntos escribimos y compartimos las vivencias cotidianas. Ya ve entonces que del lado palestino los elementos más moderados están en el liderazgo político. Eso constituye una oportunidad histórica que el gobierno de Israel está perdiendo con su política de expandir asentamientos, lo que cierra la opción de compromiso territorial.¿Qué recuerdos tiene de los terribles días de mayo de 1976, en Buenos Aires?Trabajé durante un año sabático (1975-1976) en Londres, en la Secretaría de Amnistía Internacional, y pedí que uno de los países de mi jurisdicción fuera Uruguay. Estaba entonces escribiendo mi libro Uruguay en transición desde el poder civil al militar y cuando conocí a los tres líderes democráticos exiliados en Argentina, Zelmar Michelini, Wilson Ferreira Aldunate y Héctor Gutiérrez Ruiz, traté de que pudieran dar testimonio de las violaciones de los derechos humanos en Uruguay ante el Congreso de Estados Unidos. El invitado iba a ser Zelmar, pero se le negó la visa por no tener pasaporte, que le había sido retirado por la dictadura uruguaya. No imaginé entonces que el destino me iba a ligar tanto a los esfuerzos por evitar el brutal operativo que terminó, como sabemos, con los asesinatos de Michelini, Gutiérrez Ruiz, Rosario Barredo, William Whitelaw y la desaparición de Manuel Liberoff. Treinta y cinco años más tarde, cada vez que veo sus nombres en las calles de Montevideo o me encuentro con sus hijos, demás familiares y amigos, me siento parte de esta familia uruguaya. Por otra parte, permítame decirle que países pequeños como Uruguay, así como lo es Noruega, pueden jugar un rol importante en hacer avanzar la paz, precisamente por no tener intereses creados y por tener una trayectoria democrática y pacifista. Además, ustedes están indisolublemente ligados a Israel a través de la dedicación de este gran uruguayo que fue Enrique Rodríguez Fabregat como miembro de la comisión especial que nombrara la ONU para Palestina. Para mí fue muy grato escuchar al canciller Almagro decir que “desde muy temprano, noviembre de 1947, cuando se aprobó la Resolución 181 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Uruguay ha apoyado la solución de dos estados (…) Esta solución cuenta hoy en día con un amplísimo consenso internacional.“SER AMIGO DE PALESTINA NO ES SER ENEMIGO DE ISRAEL”Entre los días 29 y 31 de marzo se realizó en el hotel Radisson de Montevideo la Reunón de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe en apoyo a la Paz Israelí-Palestina. El objetivo de este encuentro internacional fue “alentar una acción internacional amplia, que incluya a los países de América Latina y el Caribe en apoyo de la paz entre Israel y el Pueblo Palesitno, a partir de una visión compartida de dos Estados”, tal como se informa en los documentos oficiales de la ONU.El embajador de Israel, Dori Goren, hizo saber que no habría representación oficial de su país. Por su parte, el representante de la Organización para la Liberación de Palestina, Saeb Erekat, agradeció el reconocimiento del Estado Palestino por varios países de América Latina: Brasil, Argentina, Bolivia, Ecuador, Chile, Perú y Uruguay, que se sumaron a Venezuela, Cuba, Costa Rica y Nicaragua. Erekat manifestó que “este reconocimiento no daña a Israel: al contrario, complementa su existencia”. En representación de Uruguay participó en la reunión el canciller de la República, Luis Almagro.